LAS ERAS, EL LAVADERO, EL HORNO Y LOS MOLINOS
LAS ERAS ANTIGUAMENTE
Normalmente, antes de acabar el mes de julio ya se había trillado.
Las eras siempre se situaban en sitios que estuvieran cerca del pueblo y que tuvieran mucho viento para poder aventar bien. A veces, se hacían cerca de los bancales pues era muy difícil el transporte.
Siempre se utilizaba como era un trozo de terreno que no se labraba nunca. Antes de empezar la época de la trilla se le echaba agua y se apisonaba con un rulo llevado por caballerías.
Antes de trillar, lo primero que se hacía era barrer la era con unas escobas grandes hechas con ramas de arbustos, y luego se colocaban las gavillas de trigo, siguiendo el círculo de la era, ayudándose con las horcas. Las gavillas se extendían a primera hora del día y se dejaban un rato extendidas para que las calentara el sol.
En las labores de la trilla cada familia siempre era ayudada por 4 ó 5 hombres de otras casas, a los que luego habría que devolver la ayuda prestada.
Se empezaba muy temprano, y lo primero que hacían los hombres al llegar era tomarse un vaso de cazalla y unas manzanas agrias y, luego, a lo largo del día, iban comiendo higos.
Se trillaba con un «rugló», que es un rollo de piedra, que era arrastrado por un mulo. Casi todos los ruglós eran sin acanaladuras, pero también se usaban acanalados. Normalmente se pasaba primero el liso y luego el acanalado. El rulo desgranaba las espigas y desmenuzaba la paja. Esta operación duraba una hora aproximadamente.
En vez de los ruglós de piedra, a veces se usaban otros ruglós que eran como un cilindro de madera, más alargado que el de piedra y con una superficie dentada.
Después se le ataba a la caballería un tablón ancho y largo sobre el que se solían poner chiquillos o algún adulto para que tuviera más peso, y este tablón hacia las veces de trillo, y se pasaba sobre la parva durante otro rato.
En Famorca nunca se ha usado el trillo de madera dura que llevaba incrustadas piedras de pedernal.
Solían trillar con una sola caballería, a la que se le ponía unas ante ojeras llamadas “ulleres” (quitapones) para que no se mareara con las vueltas. Los quitapones eran como unos capacetes de esparto con tela a los lados.
En el centro de la era quedaba un pequeño círculo que se llamaba el ojo (ull), y allí se situaba el hombre que sostenía el ramal del animal y lo guiaba con una caña larga. Según se quisiese que se trillase la parte de fuera o de dentro se tiraba más o menos del ramal, y con la caña se le daba más o menos velocidad al animal, que solía ir al trote. El hombre cantaba para que el animal no se durmiera y para marcarle el ritmo. Se cantaba cualquier tipo de canción, pero siempre con la misma tonadilla, y a veces se cantaban canciones que sólo se cantaban en la trilla.
Otros, mientras tanto, distribuían las gavillas por la era (la parva), para que fuera trillada. Levantaban la parva con unas horcas de madera (forcas) y le daban la vuelta. El trigo y las impurezas quedaban abajo y las retiraban con un rastrillo de madera (tiràs). Con el tiràs amontonaban el trigo, y también se ayudaban con el raspall, que era parecido a una escoba muy larga y muy basta hecha con matojos largos.
Una vez que se había desprendido todo el grano de la paja, se aventaba con las horcas y con unas palas de madera lanzando los montones por encima de la cabeza (“ventar”, con “forques” y “paletjar”, con palas). La paja y el borrisol (borra) se lo llevaba el viento y se iba amontonando, y el resto se quedaba. Después se aventaba otra vez y se separaba el pallús (paja fina), que se empleaba para echar al corral para que se hiciese estiércol.
Con el rastrillo se recogía el grano y luego se pasaba por la criba (“garbillo”), que lo solían mover dos personas. También se utilizaban palas de madera para recoger el grano.
A veces se usaba un garbillo grande (garbell) que se enganchaba en una horca grande de dos dientes y se movía con movimiento de vaivén. El grano pasaba, y lo que quedaba, (que eran granos con algo de paja pegada, que se llamaba “capoll”) se le solía dar a las gallinas para comer. En caso de que hubiera poco cereal, o que la familia fuera muy pobre, se aprovechaban los granos del capoll, chafándolos en el mortero, y separando el grano de la paja pegada.
Otras veces se usaban unos garbillos menores, que dejaban limpio el grano, (se quedaba el grano y caía el polvo), y con ese movimiento, el capoll se quedaba en un lado del garbillo, y se quitaba con la mano. Otras veces, cuando interesaba tener todo el grano limpio, se utilizaba primero el garbillo grande y luego el pequeño.
Una vez acabada la trilla, se llevaba el grano a casa en sacos, y se dejaba, amontonado, sin sacos, en algún cuarto oscuro, (normalmente no era en el piso de arriba), y, cuando se necesitaba harina, se ponían dos sacos en un mulo y se iba al molino de Quatretondeta, o raramente al de Benimassot. De allí se volvía con los sacos de harina y con un saco con el salvado. Madoz, en 1843 nos dice que en Fageca había un molino harinero, pero debía de ser poco usado, ya que los de Famorca nunca fueron allí a moler.
La paja también se llevaba a casa, rodeada con la “aixaviga”, y se subía al porchi con una polea (“corriola”), y se introducía por un ventanal ancho que todas las casas tenían en el porchi. Allí se guardaba y servía para dar de comer a los animales. La operación del transporte de la paja se hacía entre varios hombres. La aixaviga era como una red grande hecha con cuerdas de esparto, alargada y con los agujeros grandes y cuadrados.
Hasta que no tocaba el turno de trilla, permanecían los fajos de espigas en los bancales, preparados para ser acarreados. No siempre se respetaban los turnos. Sirva como muestra esta Acta del Ayuntamiento, de 1854:
«Que resultando propias de todo el vecindario dos eras de trillar situadas en este término denominadas la una dels Vidal y la otra del Medio, y mediante a que en todos los años que han transcurrido, hasta esta fecha han resultado cuestiones y desavenencias, disputándose los vecinos el derecho de trillar con preferencia y primero en dichas eras, ha considerado a fin de evitar más cuestiones en lo sucesivo de vender en pública subasta las expresadas eras y cederlas al mejor postor que se presente, destinando su producto a las mejoras y beneficios que el pueblo con el ayuntamiento determinen por más útil y ventajoso».
Aquí hay un ejemplo claro de cómo a partir de aquella fecha los agricultores tenían que pagar al que se había quedado la subasta por usar una cosa que era suya, y por la que nunca antes habían pagado.
Años después ya no se subastaban las eras, y se volvieron a hacer turnos. Cada familia iba a una era de la que era «socio».
Las eras donde más se trillaba, durante el siglo XX, eran la de Baix y la de Els Blanquissals. No obstante en épocas de mucha trilla se usaban todas las eras.
La era de Baix, estaba en el solar donde después se hizo la casa de la maestra y donde en fiestas se hacían los bailes. A esta era se le llamaba también de Bolulla, Bollulla o de Ballulla. Había una era más, justo encima, que se le llamaba de d’ Alt. Subiendo a la Rabosa, había cuatro o cinco eras, todas estaban a la izquierda, y muy juntas. La que más se usaba era la de Els Branquissals (del tío Sento Florencia), que era la más cercana al pueblo de todas ellas, y había otra en el camino de la Cova, a la izquierda del camino, que se había usado en la antigüedad. A esta última era se le llamaba del Medio o del Mig.
La era dels Vidal, que se cita en los documentos, probablemente sería la dels Branquisals.
En Els Noguerets había tres eras, dos junto al puente y otra junto a la fuente. La zona donde estaban estas eras se conocía por “Era Nova”.
Había otra era junto al corral del río que hay enfrente del Ramal. (Corral del Roig)
En Les Foyetes había otra (“La ereta”). También hay restos de una era junto al corral (Co17), que es el que está al oeste de la Font de la Fita, sobre la montaña.
Otra en el camino dels Forans, nada más pasar el Barranc del Pinar, a la derecha, cerca del pueblo, (“Ereta de la Creu”),
También hay restos de una era junto al corral que está al oeste de la Font de la Fita, sobre la montaña.
Algunas veces, durante unos pocos años se usaba un trozo del bancal como era y, luego, ya nunca más se usaba como era.
Muchas veces las eras particulares se dejaban a otros, a cambio de la cesión del pallús.
Las legumbres nunca se trillaban en la era, a pesar de que, a veces, había mucha producción.
En esta fotografía aérea, de 1956, se ve la era del río y tres eras en els Blanquissals.
Esta foto de una era en Guadalest nos da una idea de las condiciones en que se trillaba en las eras:
LAVADERO
Antes de que hubiera lavadero, se lavaba en el río, en unas piedras lisas que están junto al puente de la carretera. Antes de hacer el lavadero actual, en el mismo lugar había dos balsas grandes y hondas donde las mujeres tenían que lavar agachadas.
También se lavaba la ropa: -en un lavadero que había junto a la Balsa de les Fontetes, del que no quedan vestigios; -en la balsa del Tío Recordí; -en un lavadero que había junto a la balsa de la Font del Clot; -en la Font dels Noguerets ; -en la Font del Tossal o del Tío Antolino y también se lavaba, directamente en el suelo, en el Barranc del Poble.
El lavadero se construyó en 1928. A principios de siglo, en el mismo sitio había un lavadero, que estaba más hundido, unos tres o cuatro metros más abajo, y allí había una fuente con dos balsas. Un poco más arriba había un lavaderito pequeño.
Junto al lavadero había un pozo (el pouet) que estaba comunicado con un depósito subterráneo que hay debajo de la plaza de la Font. Cuando se necesitaba agua limpia para aclarar, se sacaba agua del pozo con cubos, y se aclaraba la ropa.
En los años cincuenta se hizo el tejado del lavadero, que hasta entonces había estado sin cubrir. En los sesenta, cuando se tiró el trinquet, se hicieron las paredes de detrás del lavadero.
Más abajo del lavadero había una balsa que quedó tapada cuando se cubrió el barranco y se hizo la zona deportiva.
El lavadero se reformó en 1998 dándole otro aspecto exterior.
El lavado de ropa era muy penoso, y era normal que en invierno hubiera que romper el hielo de la superficie para poder lavar en el lavadero.
HORNO
Según cuentan, el primitivo horno estaba junto a la iglesia, en la casa que hay pegada a ella, hacia arriba, y bastantes años después se puso donde ahora está el ayuntamiento.
El primitivo horno, fue construido a principios del s. XVIII por orden expresa del Marqués de Guadalest y lo llamó “Horno de San Cayetano”, y posteriormente, o al mismo tiempo, la iglesia de Famorca comenzó a llamarse de San Cayetano. En 1730, el Marqués de Ariza (y marqués de Guadalest) hizo donación del horno a la iglesia de Famorca, según escritura del 22 de diciembre de 1730. Aunque se le llamó donación, realmente fue un arrendamiento “con la obligación de responder anual y perpetuamente a dicho Excmo. Sr. y a sus sucesores el “senio” (arrendamiento) de dos libras”. Aunque la escritura es de 1730, según los libros de la iglesia, la donación fue en 1717, y el horno se construyó entre 1717 y 1722.
En el siglo XIX se hizo el otro horno, al que llamaban “Casa Panera”. Pienso que después se hizo el otro horno, que a principios del siglo XIX, tal vez con la desamortización de los bienes de la iglesia, dejó de ser de la iglesia para ser del ayuntamiento. El horno estaba como en una bodega, se accedía a él bajando por unas escaleras. Todavía está hueco debajo del actual ayuntamiento, y ese hueco es lo que era el horno. La explotación de este horno se subastaba cada año (decían: “se sorteaba”), y la subasta se hacía en la calle del Sol, la tarde del día de Navidad. Ese mismo día se subastaban los pesos y medidas. La subasta se hacía “por pujas a la llana” y los interesados levantaban la mano para pujar.
En los años veinte y treinta, siempre se le adjudicaba el horno a la tía Desamparados. En 1922 el hornero pagó 50 pesetas por la subasta anual. El trabajo del hornero u hornera era muy duro y mal pagado. La leña que se ponía en el horno era de romero, y había que traerla del monte. Luego había que limpiar el horno, encenderlo, mantener los turnos, llevar la cocción, etc., y esto se lo pagaban con panes o con leña, y muy pocas veces con dinero. En aquella época el pago solía ser “de cada quince rollos, medio rollo”. En la Guerra, en 1937, se cerró el horno. El último hornero fue José Masanet Femenía, padre de la tía Pepica. Aunque luego, esporádicamente, se coció alguna vez, ya no se hacía pan. En las casas tuvieron que construirse hornos, y hacerse ellos mismos el pan y los dulces.
El horno, además de servir para hacer pan, servía para hacer comidas al horno. Esto se hacía principalmente durante los meses de julio y agosto, que es cuando se recogían las hortalizas. Las mujeres amasaban el pan en casa, y al horno sólo iban a llevar las cosas para cocerlas.
Esto se hacía principalmente durante los meses de julio y agosto, que es cuando se recogían las hortalizas.
LOS MOLINOS
Se solía ir al de Quatretondeta y, menos, al de Benimassot
Otros molinos eran: el de Fageca, en el río Seta; el de Benimassot; y los dos de Castell de Castells
LOS MOLINOS DE CASTELL DE CASTELLS
Información extraída de:
http://elnostreterme.blogspot.com/p/elementos-fisicos.html
En el término municipal de Castell de Castells, figuran dos molinos, los cuales se encuentran en ruina, el molino viejo o de Xancosa y el molino nuevo o de Gomis.El Moli de Xancosa, situado en el rio de Castells (afluente del rio Xaló), coordenadas (743520, 4290696) y el Moli de Gomis, coordenadas (743500, 4291631)
Se tienen referencias de que: en el año 1534 era propiedad de la encomienda un molino harinero, de cubo, que estaba situado fuera de la villa en el camino de Valencia, situado en la zona de las huertas de camino a Bit-la, que tenía una muela y que solo molía en invierno.
Desde el siglo XVIII aparecen diferentes documentos en los que aparecen referencias de molinos movidos por agua procedente de «assuts» construidos a lo largo del rio, uno de ellos del año 1764 dice: Castell de Castells tiene en su término un molino de agua.
Otro de 1845 dice: Castell de Castells: dos molinos harineros, al oeste, que muelen a balsadas de la fuente de Contreres.
MOLINO VIEJO O MOLI DE XANCOSA
Su actual nombre “Xancosa” pertenece a un apodo de una familia de la localidad.
Es el más antiguo de los dos, sus restos actualmente en total ruina, se encuentran situados en el margen izquierda del río Castells dirección a su encuentro con el Barranc de Famorca a unos 700 metros del pueblo en la partida Les Hortes. Se trata del único molino de la Marina Alta que contaba con dos cárcavos por lo que estaba dotado de dos muelas.
Después de las investigaciones realizadas, se ha podido deducir que este molino recibía el agua proveniente del río Castells, a través de un assut situado a unos 700 metros río arriba en el lugar denominado actualmente como L´Escaleta, por medio de una canalización de 0.40 x 0.40 cm. hasta desembocar en la balsa.
Tiene un cup unido a la balsa de 2 m. de diámetro el cual se encuentra derruido y una caída de agua de 7-8 m. hasta la cacau donde había una rueda unida a una mola para la molturación de maíz, trigo, habas, etc. Al lado de cup (a la derecha) hay otro cup de 1 m. de diámetro que hacia de ventador del agua de la balsa.
Es una construcción prismática realizada en piedra sillar, cuya principal misión es lograr una mayor fuerza en la incidencia del agua sobre los alabes del rodete, y así asegurar el movimiento y con ello la molienda. La altura no se ha podido averiguar, ya que se encuentra tapado por las ruinas siendo su anchura de 1 metro. En su parte inferior acaba en una pequeña tubería, el “caño”que transcurre por el interior de la pared del cubo hacia el cárcavo. La parte final del caño de denomina botana.
Cuenta el cárcavo con una salida que desemboca en el rio Castells.
Coordenadas (743520;4290696)
Se tienen referencias de que: en el año 1534 era propiedad de la encomienda un molino harinero, de cubo, que estaba situado fuera de la villa en el camino de Valencia, situado en la zona de las huertas de camino a Bit-la, que tenía una muela y que solo molía en invierno.
En 1764, también se citaba un solo molino.
Otro documento de 1845 dice: Castell de Castells: dos molinos harineros, al oeste, que muelen a balsadas de la fuente de Contreres.
Es el más antiguo de los dos, sus restos actualmente en total ruina, se encuentran situados en el margen izquierda del río Castells dirección a su encuentro con el Barranc de Famorca a unos 700 metros del pueblo en la partida Les Hortes. Se trata del único molino de la Marina Alta que contaba con dos cárcavos por lo que estaba dotado de dos muelas.
La antigua balsa, de forma triangular, situada en la parte posterior y adosada al cup ha sido transformada en una huerta. Está todo rodeado de vegetación.
MOLINO NUEVO O MOLI DE GOMIS
Este molino está situado a unos 1300 m. del pueblo a la izquierda del Río Xaló, siguiendo la carretera de Benigembla. Dicho molino fue construido por encargo de la encomienda de Calatrava que ejercía el dominio feudal de Castell de Castells en el año 1731, según consta en la lapida de piedra situada en la fachada, que dice: “Este molino se hizo siendo gobernador de esta encomienda D. Roque Domima Diazo en el año 1731”.
Este molino funcionó hasta el 1967.
Recibía agua desde la Rambla de Bit-la por medio del assut de Cerdá situado este frente a los corrales del mismo nombre, actual chopera y por medio de una acequia de unos 400 m hasta la balsa de 1.30 m de profundidad, 20 m. de larga y 10 de ancha. Desde la balsa existe una canalización de 1.25 m. de profundidad, 70 cm. de ancho y 6 m. de longitud. El cup es de 1 m de diámetro y 8 metros de caída de agua hasta una cacau de 125 cm de anchura y 130 de altura y 4 m de profundidad, en donde había una rueda unida a un juego de muelas catalanas y una gronsa. El ventador sale por la conducción del cup por la izquierda y detrás del molino.
Coordenadas (743501;4291631)
Este molino está situado a unos 1300 m. del pueblo a la izquierda del Río Xalo, siguiendo la carretera de Benigembla. Dicho molino fue construido por encargo de la encomienda de Calatrava que ejercía el dominio feudal de Castell de Castells en el año 1731, según consta en la lápida de piedra situada en la fachada, que dice: Este molino se hizo siendo gobernador de esta encomienda D. Roque Domima Diazo en el año 1731. La actual familia propietaria Mas Bataller conserva la escritura de compraventa de 1876 del molino por parte de Esteban Mas Verdú y Mariano Iborra Martinez, el cual se lo había comparado al infante Francisco de Paula Antonio de Borbón, último propietario foráneo del molino como representante de la Orden militar de Calatrava y de Montesa el 1875.
En el 1926 se conecta a un motor de gas pobre que funcionaba con cáscara de almendra. La balsa llena, permitía moler durante 3 o 4 horas con una potencia equivalente a 8CV, 1 metro cúbico de agua de este molino equivalía aproximadamente a 1CV, el motor de gas pobre tenía una potencia de 18 CV.
La planta del edificio tiene forma de “L”, aunque inicialmente era una sola nave de dos alturas. En la parte de afuera hay un horno de pan semiesférico.